Los principios que rigen la labor de la asociación son la salud, la conservación de los ecosistemas, la cooperación y la confianza, además del logro para los productos hortofrutícolas de precios estables, justos, dignos y no especulativos. Acaban de tomar contacto con la plataforma de custodia del territorio gracias a un programa que ‘El Bosque Habitado’ de Radio 3 dedicó recientemente a los huertos urbanos. La custodia es una herramienta que puede ser útil para facilitar la implicación de nuevos propietarios con tierras en desuso, entre otras cosas.
Inés Criado nos cuenta cuál es su labor en la asociación. “Desde hace un año y medio formo parte de la directiva del colectivo como vocal de comunicación. Como tal, ayudo a difundir el trabajo de la organización y sus actividades e intento canalizar el contacto con los medios. En un primer momento estas labores estaban en manos de los trabajadores de la asociación, que las tenían que compaginar con muchas otras. La asociación no deja de desarrollarse, de participar en foros, de trascender. Por ello, se pensó en la creación de una vocalía de comunicación para articular e intentar profesionalizar esa parte tan importante de la difusión y de dar a conocer todo lo que hacemos”.
Subbética Ecológica está integrada actualmente por “ 52 productores y productoras de nuestro radio de acción, 150 km desde el lugar principal de producción, Cabra, en Córdoba. Así, abarcamos territorialmente el centro de Andalucía y generamos gran diversidad de productos, tanto frescos como transformados: frutas, verduras, huevos, pan, pastas, vinos, aceites…”, explica Inés.
“En nuestra comarca las huertas, que implica a las familias productoras más representativas, son pequeñas extensiones, de entre 0,5 y 1 ha, y suelen estar en régimen de propiedad de la tierra. El olivar sí tiene un tanto por ciento de arrendamiento, aunque en el seno de nuestra asociación, el 100 % de los productores son propietarios”, puntualiza.
Para la asociación la custodia de territorio es una herramienta fundamental desde varios enfoques. “Desde la producción ecológica y el sistema que compartimos de conservación de semillas autóctonas nos acercamos a la tierra de una manera respetuosa y consciente, de conservación de la biodiversidad. Además gran parte de nuestras huertas son tierras de cultivo milenarias con un sistema tradicional de regadío beneficioso para la biodiversidad. Se trata de un patrimonio cultural de incalculable valor. Contar con una herramienta como la custodia del territorio, entre otras cosas, nos puede ayudar a seguir protegiendo y revalorizando este sistema de riego más allá de las propiedades de nuestros socios. De hecho, por medio de acuerdos de custodia, también podríamos intervenir en algunas de las fincas aledañas a las nuestras para beneficiar la biodiversidad, la conectividad ecológica y el paisaje, superando así el efecto isla para extender un modelo sostenible con vocación expansiva”.
La entidad recibe cada día a nuevas familias socias y también a pequeñas tiendas, restaurantes o comedores escolares. “Formar parte de la asociación es muy fácil. Solo hay que escribir un mail mostrando interés y rellenar un formulario. Tras ello, a esa nueva familia se le asigna su hortelan@ de cabecera y se le explica dónde está la huerta. A partir de ahí, ya puede ir semanalmente a recoger su cesta personalmente. Esto nos parece una de las riquezas más bonitas de nuestra iniciativa ya que, las personas consumidoras, al ir expresamente a la huerta, comienzan a estar en contacto con los ciclos de la naturaleza y los alimentos de temporada y conocen de cerca quién les provee de sus alimentos”. En el caso de los establecimientos existe un procedimiento específico para asociarse. ”Entran a formar parte del sistema que hemos denominado ‘Central de Pedidos’ desde donde se distribuyen los alimentos a esos “grandes consumidores”. Para poder ser soci@ es necesario pagar una pequeña cuota anual de 20 euros, que es más bien simbólica. Y por otro lado, al entrar a formar parte del colectivo también se obtienen descuentos en los productos que tenemos en la Ecotienda, un proyecto que se materializó para complementar las cestas semanales de verduras y hortalizas con otros productos como aceites, pastas, granos, café, lácteos, conservas, y que etc., siguiendo los principios de la asociación, también pertenecen a pequeñas familias productoras y potencian el comercio cercano y local”.
Igualmente trabajan activamente por el desarrollo del empleo en el ámbito rural.
“En la medida que se van sumando más familias productoras a la asociación, ayudamos a que sus trabajos como hortelanas se dignifiquen y sean incluso más rentables que cuando están inmersas en el sistema convencional. En un principio resulta difícil atraer a productores hacia la práctica de la pequeña agricultura ecológica, pero una vez que han conocido los métodos y el modelo que trabajamos, la satisfacción es alta. Por otro lado, el sistema de precios justos, acordados de forma participativa y fijos para toda la temporada, posibilita que estas familias puedan contar con una estabilidad que a duras penas le ofrece el mercado tradicional. Entonces, no solo se está potenciando el empleo rural y agrícola de nuestra comarca, sino que se está haciendo con calidad”, puntualiza. “De hecho, hijos e hijas de estas familias, que no se habían planteado un futuro en la huerta, ahora están trabajando la tierra contentos de continuar con sus raíces. No obstante es cierto que tenemos que enfrentarnos al reto de la lejanía de la tierra de los más jóvenes y atraerlos de nuevo es difícil. Pero sabemos que de ellos depende no ya el futuro de Subbética Ecológica, sino de la salud de nuestra tierra. Por ello, hemos luchado desde la asociación para que en el municipio se instaure un Ciclo Formativo de Agroecología, con el objetivo de presentarles la agricultura ecológica como una realidad que tiene un buen futuro. Es una inversión lenta, pero sabemos también que de ese ciclo saldrán iniciativas que se sumarán a Subbética”, afirma.
Subbética Ecológica apuesta por la protección del medio ambiente y lo hace en varias líneas. “Desde el momento en que trabajamos de forma ecológica estamos dejando de usar pesticidas sintéticos, lo que ayuda a la no contaminación de nuestros recursos y al mantenimiento de un ecosistema rico. También nuestro modelo, que trabaja por conservar la diversidad de especies, favorece el equilibrio natural de flora y fauna que ello conlleva. La forma de producir en las huertas rescata los saberes de nuestros mayores y los pone en valor: rotar cultivos, sacar semillas, barbechos, asociar cultivos, aumentar biodiversidad, crear cobijos para fauna auxiliar… En nuestros olivares y viñedos fomentar las cubiertas vegetales diversas es una práctica fundamental. Además, rescatamos saberes ancestrales, que tienen que ver con el cosmos, con la luna…”, enumera.
Otro de los aspectos en los que se involucran es la adaptación al cambio climático. ”Hemos venido trabajando de la mano de la Economía del Bien Comúnlo que se refiere a nuestra huella ecológica. En nuestro objetivo de reducirla lo máximo posible hemos ido estableciendo paulatinamente dinámicas que nos ayudan a mitigar los efectos del cambio climático desde nuestra pequeña parcela del mundo, empezando por el límite que nos hemos establecido de no producir, distribuir o consumir más allá de los 150 kilómetros a la redonda de nuestra sede. También hemos reducido al mínimo el uso deplásticos en las labores de logística y distribución y las hemos sustituido por fibras vegetales, papel y envases reutilizables de larga vida. Hemos adoptado un sistema de transporte en cascada, trabajando las rutas para hacerlas eficientes”. El ahorro energético también es otro de sus logros. “El consumo energético que realizamos en nuestra sede proviene de fuentes renovables y hemos logrado instaurar un sistema de reutilización de las cajas de distribución. Esto último, en un mundo como el del transporte y la distribución, es novedoso, ya que ha sido posible gracias a la relación de cercanía y la red que hemos ido construyendo.
En cuanto al futuro, Inés habla de cómo quiere expandirse Subbética Ecológica.
”Nuestra expansión deseada sería hacia las familias productoras, que se fuesen sumando cada vez más hortelanas y hortelanos a este modelo de bien común. Eso sí, como te decía antes, nuestro limite fundacional nos lleva a 150 kilómetros a la redonda de Cabra y eso queremos seguir manteniéndolo. No nos interesa crecer y crecer en número de familias socias. Lo que nos resulta interesante es que el modelo que trabajamos pueda replicarse en otras regiones, si no igual, ya que cada región tiene sus particularidades, al menos que lo que hace Subbética Ecológica pueda servir de inspiración. El tema del crecimiento es muy importante para nosotros, no solo por la logística y la organización que acarrea, sino también porque está cargado de implicaciones éticas y sociales. De hecho, fue uno de los temas que tratamos en la última asamblea general de soci@s en la que se decidió crear una comisión exclusiva para trabajar esta inquietud… Es precioso que, a pesar de los 10 años de experiencia que tenemos como colectivo, sigamos teniendo procesos de aprendizaje tan ricos”, recalca.
Dar difusión a lo que hacen es clave para la entidad y, en concreto, para Inés, como vocal de comunicación.
“Llevamos a cabo bastantes acciones de difusión, de divulgación de nuestro sistema, de dar a conocer a nuestras familias productoras para reforzar el vínculo con las consumidoras… Actualmente tenemos varias campañas activas, pero quizás la más relevante es la que se refiere al largometraje documental ‘Cargada de Presente’”, comenta.. La película, realizada por la productora NanoMundo, realiza un retrato colectivo y recoge los testimonios de más de 30 personas que dan cuenta del día a día de la asociación y de su modelo de trabajo. “El objetivo es precisamente ese:ayudar a trascender un modelo que está funcionando económicamente y en el ámbito alimentario, pero que los sobrepasa y tiene implicaciones éticas y sociales en su comunidad. Hasta el momento, y después de dos años de trabajo voluntario, hemos logrado un primer corte de edición, pero para poder cubrir los gastos de postproducción hemos lanzado una campaña de financiación colectiva que estará activa hasta el próximo 25 de octubre . Os animo a que nos echéis una mano para ver si entre todos podemos lograr el objetivo. Hemos titulado la campaña ‘¡Compartiendo Conciencia!’, porque eso es lo que queremos hacer, compartir conciencia y hacer hincapié en que todas estas iniciativas nacen y son posibles desde esa conciencia, desde ese pararse un poco a pensar y ver qué otras maneras podemos construir para habitar mejor este mundo”, concluye.