“La trayectoria de AMUS está vinculada a su hospital de fauna salvaje en el que se atiende a más de mil ejemplares anualmente, con el objetivo de devolverlos sanos a la naturaleza –explica Álvaro Guerrero, su presidente–. Esta entidad, declarada de utilidad pública, con una trayectoria de más de veinte años desarrolla actuaciones sobre el terreno en España y  participa en proyectos internacionales con especies extintas o con poblaciones reducidas en países europeos”. El objetivo principal de AMUS, que fue fundada en Extremadura en el año 1995, es “velar por la biodiversidad trabajando con especies amenazadas, diseñando estrategias que sean sostenibles y acordes con el desarrollo y crecimiento de la población endógena allí donde actúa”.

Como destaca Guerrero, “AMUS nace del esfuerzo e implicación personal de un grupo de personas con el objetivo común de contribuir a la conservación de la fauna salvaje de manera profesional. Si bien en sus inicios nace en el marco de un programa de cría en cautividad de Circus pygargus (aguilucho cenizo), contando con el apoyo de la administración regional, posteriormente se iría convirtiendo en el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje, que ahora se constituye como la base de la actividad de la asociación”.

Partiendo de ese eje vertebrador, la entidad ha ampliado su ámbito de actuación. “AMUS se hace presente en todas las acepciones de la conservación de la fauna salvaje: desde la participación y ejecución de acciones directas de conservación ex situ (salvamento y rehabilitación médica de fauna silvestre, programas de cría en cautividad, etc.) e in situ (liberaciones al medio natural, reforzamiento de poblaciones, seguimientos de especies, etc.), pasando por la investigación, el establecimiento de protocolos veterinarios de referencia, la formación académica específica y formación no reglada a profesionales relacionados con el manejo y la contención de la fauna silvestre, hasta llegar a la divulgación y la sensibilización ambiental”, puntualiza el presidente de la entidad.

 

A lo largo de su trayectoria, la asociación ha generado sinergias con las administraciones públicas, la comunidad científica, las universidades, los centros educativos, diversas entidades privadas y con la sociedad en general. “Ha demostrado ser una entidad en continua adaptación y progresión a las demandas de una sociedad en constante desarrollo en las últimas décadas. Es por ello que, a lo largo de años de mucho esfuerzo, AMUS cuenta con una importante proyección social y se encuentra ahora fuertemente proyectada al exterior en Europa y Estados Unidos”. Así, la entidad es conocida y reconocida en las provincias de Cáceres y Badajoz, además de a nivel nacional e incluso en el ámbito internacional, en el sector de las entidades conservacionistas.

 

Hace ya unos años AMUS conoció la labor de la Plataforma de Custodia del Territorio. “Nos sentimos muy identificados con la filosofía de la misma y entendimos que deberíamos integrarnos en ella con el objetivo de crear redes y generar experiencias enriquecedoras entre entidades”, matiza Guerrero.   

“En todo este  proceso han ido apareciendo modelos innovadores que retomaban un conato de algo que después se haría llamar custodia del territorio, que ya algunas organizaciones comenzaron a hacer en los años 80. Eran sobre todo fórmulas basadas en el arrendamiento o compra de terrenos sensibles y de alta temperatura en biodiversidad, pero con una gestión de los mismos, si no de espaldas a los municipios y a los lugareños sí teniéndolos poco en cuenta. Aunque no todo fuese así, lo imperante ha sido una estrategia de conservación con pocos estrategas sociales”, reflexiona.

“En AMUS, sin ser expertos en las dinámicas de proyección y participación social, sí advertimos desde hace tiempo y más cuando trabajas con fauna accidentada por la propia mano del hombre, que era una asignatura troncal-obligada en nuestras materias. De poco servía operar rapaces polifracturadas por disparos si no  invertíamos el concepto de los cazadores hacia ellas. La traducción en hechos de todas estas reflexiones han sido varios proyectos a lo largo de una década, pero es en 2011 cuando adquiere toda su madurez esta percepción más integradora con el proyecto “Pastando biodiversidad” financiado por la Fundación Biodiversidad –matiza Guerrero–. Le hemos dado objetivos y resultados cuantificables a nuestra labor diaria. Finalidad: las especies con las que trabajamos pero, de la misma manera, la gente que comparte el medio con ella y que en ocasiones las agrade directamente con venenos, trampas, disparos o cautiverio o a las que les resultan indiferente”.

El proyecto ha servido para llegar a la población, invitándola a participar e involucrarse. “¿Qué más se puede pedir de un proyecto de estas características? Al principio el recelo, cierta desconfianza, solo nos condujo a tres o cuatro colaboraciones. Pronto la sinergia generada por los beneficios que nosotros ofrecíamos en concepto de asesoramiento para solicitar ayudas o subvenciones dirigidas  a sus explotaciones, entre otras cosas, hizo se incrementara más el número de propietarios, arrendatarios, cazadores o apicultores que querían sumarse a esta curiosa red de colaboraciones”.

En 2016 AMUS puso en marcha la iniciativa proyecto ‘Red de muladares para aves necrófagas amenazadas’ en terrenos públicos de Extremadura, que ha contado con con un alta participación de los ayuntamientos, añade su presidente.

A lo largo de su trayectoria la entidad también ha tenido que hacer frente a algunas dificultades que han ido solventando. “Especialmente en el contexto marcado por la crisis económica de los últimos años, la subsistencia de organizaciones como AMUS  deja patente la capacidad de trabajo, de innovación y de readaptación a la hora de conseguir apoyos económicos y líneas de financiación. En este sentido, AMUS desarrolla gran parte de su trabajo a través de programas de voluntariado y formación en prácticas, campañas y acciones de mecenazgo, así como mediante la elaboración y puesta en marcha de proyectos de conservación a través de los distintos instrumentos de financiación disponibles a nivel regional, nacional y europeo”, dice.

 

Guerrero finaliza mencionando que “como organización no gubernamental nos enfrentamos a nuevos retos en un escenario sociopolítico y normativo cambiante y complejo; una de las asignaturas será “conveniar” una relación de coparticipación y trazabilidad con las administración pública; ésta podría apoyarse más en el tejido asociativo organizado y profesional como AMUS. Se debería generar un verdadero maridaje entre lo público y la iniciativa privada creando sinergias y demostrando el importante potencial de esta dualidad en cooperación algo que, en sí, también define a la custodia del territorio.

 

Más información en la web de AMUS.

 

Ir al contenido