El Observatorio para una Cultura del Territorio es una asociación sin ánimo de lucro creada para la transferencia de conocimiento entre agentes relacionados con el desarrollo y la gestión territorial, con el objetivo de acercar el mundo científico a la realidad de la sociedad civil, y al revés, facilitando así las decisiones en el ámbito político y de la Administración. La agroecología y la soberanía alimentaria son referentes principales del Observatorio a partir de los Métodos de Investigación de Acción Participativa (IAP) para la construcción de alternativas adaptadas a cada caso. La doctora Verónica Hernández Jiménez describe a continuación cómo la experiencia obtenida en diferentes proyectos realizados y en curso, así como las publicaciones técnicas del Observatorio, ofrecen valiosos recursos para la custodia del territorio.
“El Observatorio para una Cultura del Territorio surgió con el objetivo de acercar el mundo científico a la realidad de la sociedad civil, y viceversa, facilitando así las decisiones en el ámbito político y de la administración pública –explica Verónica–. Los miembros de un grupo de trabajo multidisciplinar con raíces en el ámbito académico y el activismo social de la (ahora llamada) biorregión de Madrid decidimos hace 10 años poner nuestro horizonte en las nuevas relaciones entre el campo y la ciudad”.
En cuanto a los integrantes del equipo, destaca que “la formación transdisciplinar y la experiencia de las profesionales que forman parte del equipo técnico unida a la larga trayectoria profesional, investigadora y docente de su comité científico asesor, proporciona eficaces herramientas para el intercambio y la cooperación entre los agentes presentes en el territorio, facilitando la comunicación y el diálogo entre las distintas realidades: entornos rurales, periurbanos y urbanos”.
El Observatorio trabaja con la agroecología y la soberanía alimentaria como referentes “y con Metodologías de Investigación de Acción Participativa, claves para la construcción de alternativas reales adaptadas al contexto concreto de cada territorio”. En cuanto a sus líneas de trabajo se enmarcan en tres estrategias: A) innovación en el territorio; B) herencia cultural y C) dinamización territorial. Líneas que desarrollamos a través de estudios y procesos, acompañamiento y formación, difusión y sensibilización, seguimiento y evaluación y trabajo en red”.
Respecto a las sinergias que pueden generarse entre la labor de la ONG y las iniciativas de custodia del territorio, Verónica pone el acento en diversos aspectos. “La dinamización territorial como acompañamiento hacia la transición agroecológica de los territorios puede acoger diversas iniciativas de custodia del territorio desde las cuales las prácticas respetuosas con el medio ambiente son claves para la producción agrícola, frutícola y/o ganadera. La herencia cultural, poniendo especial atención a los servicios que aportan los ecosistemas, el paisaje, los saberes culturales, el turismo y los alimentos característicos de una región son otros elementos que ponemos en valor son potenciales iniciativas de custodia del territorio, tanto agraria como cultural –enumera–. Los comunes (caminos, cañadas, vías pecuarias, dehesas, montes, eras, etc.) con su gestión y mantenimiento, así como los alimentos producidos de estos entornos (ej. ganados trashumantes) u otros espacios en los que coexisten con grandes depredadores son sin duda algunas de las esencias de nuestra herencia cultural y elementos susceptibles con los que trabajar acuerdos de custodia.”
Actualmente desde la ONG trabajan en el desarrollo de distintos proyectos de temáticas variadas.
“En el campo de la alimentación, impulsamos la transición hacia una sostenibilidad alimentaria, con un foco especial en la compra pública y la comunidad educativa generando alianzas entre el campo y la ciudad. Ejemplos de ello son la Red Natura Alimentando el Campus de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y Del Campo al Campus, un grupo operativo potencial del IMIDRA, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural Agrario. Además, trabajamos en el impulso de los circuitos cortos de comercialización como mecanismos para la lucha contra la despoblación, fijando población rural a través del consumo, y damos formación y apoyo al inicio en huertos de agricultura social, por ejemplo dinamizando la Community Supported Agriculture – CSA”.
Otras iniciativas se enmarcan “en el ámbito de la dinamización agroecológica, acompañando la transición hacia sistemas agroecológicos o sistemas alimentarios locales en nuestros territorios. Así, Sierra Oeste Agroecológica es un proyecto que busca el impulso de un modelo de desarrollo rural que construya comarca. Mercadillos itinerantes de productos locales, bancos de tierras, bancos de variedades tradicionales y compostaje son algunas de las líneas de trabajo que impulsan este sistema alimentario territorializado en la sierra oeste de Madrid. Otro proyecto es AgroecologiCAM, un grupo operativo del IMIDRA que apuesta por la inclusión de agroecología en las políticas públicas”. Por último, Verónica destaca iniciativas que tienen que ver con el paisaje. “ Se trata de la puesta en valor del paisaje y estrategias para la protección, conservación y uso del mismo y de sus elementos singulares. En ese sentido, Paisaje y Huerta es una propuesta de infraestructuras verdes para la región sur de Madrid, con un núcleo central en los espacios agrarios de la comarca de las Vegas de Madrid”.
Descargar aquí el libro del Observatorio ¿Qué territorio queremos? Estrategias participativas para un futuro común