El urogallo es una especie emblemática de nuestros bosques y montañas más norteños. Se trata de un ave forestal con una amplia distribución en el continente europeo, sobre todo en zonas boreales. En España se encuentran presentes dos subespecies, una típicamente pirenaica (Tetrao urogallus aquitanicus) y la subespecie cantábrica (Tetrao urogallus cantabricus) que, como su propio nombre indica, se distribuye por dicha cordillera.
La situación del urogallo cantábrico es actualmente muy complicada, con un continuado descenso en el número de ejemplares y una progresiva reducción de su área de distribución. Esta subespecie está catalogada como “En Peligro Crítico de Extinción” y en la actualidad sólo las provincias de Asturias y León cuentan con poblaciones permanentes. El programa LIFE+Urogallo Cantábrico, que coordina la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, es en estos momentos la principal iniciativa dirigida a su conservación, desplegando un amplio abanico de actuaciones sobre todo el área que ocupa la especie. Uno de los principales avances conseguidos por este proyecto es que ha ido generando una progresiva implicación social, consiguiendo que diversas entidades y organizaciones, así como amplios sectores de las poblaciones locales, se sumen a las principales actuaciones de conservación. Así, además de haber conseguido firmar 29 acuerdos de custodia del territorio, se han llevado a cabo otras 17 iniciativas diferentes que cuentan con participación local.
Las acciones enmarcadas en el programa de custodia del territorio se pueden consultar descargando esta publicación online, que recoge, en formato de fichas divulgativas, información específica de cada uno de los proyectos. Entre otros aspectos, incluyen el lugar de actuación, las entidades implicadas, los objetivos, la metodología y los resultados obtenidos.
La colaboración entre propietarios y usuarios de fincas y entidades de custodia del territorio ha permitido el desarrollo de numerosas actuaciones de restauración y mejora de hábitat, prevención de incendios y la puesta en marcha de iniciativas vinculadas a la actividad cinegética, los usos tradicionales del territorio y la apicultura. En concreto, se ha actuado en 138 hectáreas, en las que se han llevado a cabo desbroces selectivos de reducido tamaño e intensidad que favorecen la estructura del ecosistema y el crecimiento de arandaneras, lo que permite aumentar la disponibilidad de alimento para el urogallo cantábrico. Estas actuaciones también han contribuido a disminuir el riesgo de incendios y benefician al pastoreo del ganado. Asimismo, se han instalado cerca de 70 colmenas en diversas zonas para fomentar la polinización de las matas de arándanos. Entre las diversas actuaciones, también se ha controlado la densidad de depredadores en un área crítica para la conservación de la especie.
Las entidades de custodia del territorio han puesto en marcha acciones de sensibilización y divulgación para implicar a la población local en la conservación del urogallo cantábrico, entre las que se encuentran la celebración de jornadas sobre el urogallo cantábrico y la instalación de paneles informativos. Las organizaciones que han participado en estas iniciativas son también muy numerosas. Entre ellas están Fundación Oso Pardo, Foro de Asturias Sostenible para el conocimiento y el desarrollo del medio rural, Consorcio de la Reserva de Biosfera de Ancares Leoneses, la Asociación Profesional de Agentes Forestales y Medioambientales de Palencia, Asociación de Ciencias Ambientales, Asociación A Morteira, Fundación Laciana Reserva de Biosfera, Fundación Tierra Ibérica, Asociación Profesional de Agentes Forestales/Medioambientales de León, Asociación Galega de Custodia del Territorio y Asociación de Cazadores del Monte 190 en el Alto Sil.