El “chopo cabecero del Remolinar” candidato al Árbol Europeo del Año

Feb 4, 2015

El objetivo de Árbol Europeo del Año es destacar los interesantes árboles viejos como un importante patrimonio natural y cultural que debemos apreciar y proteger. En el Árbol Europeo del Año, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad, sino la historia y la conexión con las personas. La organización busca árboles que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio.



Miles de ciudadanos europeos eligen cada año mediante votación popular el Árbol Europeo del Año. Se presenta un candidato por país y cada ejemplar puede recibir un único voto por cada persona participante en la elección. Todo el proceso de la votación se realiza on-line. En cuatro años de historia, nunca antes se había presentado una candidatura española al certamen. Este año un árbol español va a participar en esta elección que congrega a miles de personas amantes de los árboles de diferentes países.



El Centro de Estudios del Jiloca, la Plataforma Aguilar Natural y Voluntarríos, tres asociaciones aragonesas sin ánimo de lucro, con la colaboración de la Red Aragonesa de Custodia del Territorio, son las promotoras de la candidatura española.  El ejemplar es un chopo cabecero (Populus nigra) localizado en el camino del Remolinar, en la localidad turolense de Aguilar de Alfambra, a 1.300 metros de altitud.



Se trata de un ejemplar notable, que goza de buena salud y que está incluido en el Inventario de Árboles Singulares del Gobierno de Aragón. Tiene 24 metros de altura, 20 metros de diámetro en la copa y un perímetro en el tronco de casi seis metros, y, sin duda, varios cientos de años de antigüedad. Este ejemplar compite en el concurso porque es un fiel representante de la cultura campesina y del sistema agrario que, históricamente, ha moldeado el paisaje de las altas sierras de Teruel.



Es un ejemplo tangible y vivo de la gestión ordenada y sostenible de los recursos naturales, que nuestros antepasados han venido haciendo durante siglos, puesto que su supervivencia dependía de ello. Cada doce años se podaba o desmochaba el árbol (lo que se denominaba “caudillarlos”) para producir ramas largas y rectas que servían de vigas para la construcción o como combustible. Estos sucesivos cortes dan lugar a la peculiar forma de los chopos cabeceros, que presenta un tronco bajo, rugoso y grueso coronado por una gran protuberancia callosa, de la que nacen las ramas de la copa. Además, anualmente el árbol aporta ramas verdes y hojas (ramón) que servían de alimento al ganado ovino, fundamentalmente en otoño antes de su partida al “estremo” o trashumancia a Levante. Los cabeceros se plantaban en lindes entre fincas para dar sombra y descanso en verano durante la “dalla” o siega, pero fundamentalmente en las orillas de acequias, barrancos y, sobre todo, ríos. Con sus raíces retenían el terreno y protegían el suelo agrícola de las violentas avenidas estivales, y formaban largas dehesas fluviales en las que crecía pasto fresco para los “ramados” de los vecinos y para las dulas o ganados comunales de los pueblos.



El chopo cabecero es el árbol del pueblo. Documentos medievales (el primero de ellos de 1624) recogen que, de estos árboles trasmochos se obtenía madera, leña y forraje. Eran el trabajo y el escenario de la vida de los campesinos. En torno a este árbol se desarrolló históricamente un conjunto de prácticas, léxico y saberes que debemos reconocer y mantener. En 2009 se celebró la I Fiesta del Chopo Cabecero, un evento popular único que se celebra ya anualmente en varios pueblos de Teruel. En esa ocasióneste viejo, grande y saludable chopo fue escogido como icono de una historia de 800 años.



Por ello el chopo del Remolinar es el símbolo anónimo de la gran chopera de Aguilar y de todo el Alto Alfambra que, con 4.700 ejemplares de chopo cabecero contabilizados, presenta la mayor concentración de chopos trasmochos de toda Europa. Es el símbolo del trabajo de generaciones a orillas del río, de la leña que calentaba las casas, de las vigas que sostenían los tejados. Del ganado que criaba lana y alimentaba a las familias.



Si quieres apoyar la candidatura del chopo cabecero para el Árbol Europeo del Año sólo tienes que pinchar aquí.


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